Arroz con leche

Me encanta el arroz, de todas las maneras,
aunque he de confesar que aún tengo grabado en el alma aquel arroz pilaf
que iba de acompañamiento con «qué sé yo» que me pedí
en un restaurante ya desaparecido de mi pueblo…
un manjar el dichoso arroz, no he vuelto a probarlo ni he intentado hacerlo tampoco -todo hay que decirlo- quizá haya llegado el momento de buscar una receta maja e intentar lograr algo similar a aquella delicia.

En fin, que me voy por las ramas…
Lo que comentaba, que me gusta muchísimo el arroz,
hasta aquel integral que hice un día sin mirar cómo se cocinaba y me lo comí más duro que las piedras porque era lo único que tenía a mano para llenar el estómago antes de irme a correprisa al trabajo
a meterme un tute hermoso moviendo cajas.

¡Y vuelvo a divagar!
Ya, ya me centro…

Hoy, receta de arroz pero dulce,
otro postre rico, rico, algo lento de hacer pero resultón,
¿alguien se anima?

Ingredientes (para 4 personas):

• 1l. leche entera
• 175gr. arroz redondo
• 125gr. azúcar blanco
• 2 palos de canela
• cáscara de medio limón
• unas gotitas de esencia de vainilla

• azúcar blanco al gusto para quemar

El arroz con leche se puede hacer de muchas formas, como todo
(ya lo decía un maestro de matemáticas que tuve en el colegio y al que le debo el profundo odio que siento por ellas: «cada maestrillo, tiene su librillo»),
nosotros hoy vamos a comenzar por poner la leche junto al azúcar, la cáscara de limón (preferiblemente ecológico), la esencia de vainilla y la canela en una cacerola a fuego lento hasta que comience a hervir.

Mientras, vertemos el arroz en un colador fino (¡no uséis el de los macarrones, que tiene los agujeros grandes y vais a llenar el fregadero de arroz!)
y lo ponemos bajo el grifo (cuidado, no nos tiremos siete horas,
que ni podemos ni debemos gastar demasiado agua)
para darle un lavado y eliminar parte del almidón.
Sabremos que nuestro arroz está listo cuando el agua salga transparente total, para ello, colocad debajo del colador un bol de cristal.
Escurrimos bien y reservamos.

En el momento en que la leche comience a hervir, echamos el arroz, seguimos con el fuego bajo y le damos unas vueltas. A partir de ahora contaremos unos 40 o 50 minutos, e iremos echando ojeadas a la cocción
y removiendo cada poco para que no se nos pegue el arroz al fondo.

Pasado este tiempo, nos fijamos si nos queda mucha leche o no,
a mí me gusta que el arroz con leche se quede sueltecito, no convertido en algo similar al cemento armado, así que suelo apartarlo y lo dejo reposar,
nuestro arroz seguirá absorbiendo leche y cogerá más cuerpo.

Cuando se haya templado, aprovechamos para retirar la peladura de limón
y los dos palos de canela, y repartimos en los cacharros que hayamos preparado
(yo he utilizado las cazuelitas de barro de la crema catalana).

Sólo nos queda presentar,
podemos decorar con unos golpes de canela o, en el caso de la receta de hoy, echar azúcar, calentar el hierro -del set de crema catalana- al fuego y ponerlo cuando esté al rojo sobre nuestro arroz con leche para caramelizarlo.

Da gusto romper el caramelo crujiente con la cuchara
y hundirla en el arroz cremoso… ¡MmmmMmMM!