Mejillones con salsa de tomate

Ayer pasé por el súper y el pescadero me ofreció mejillones gallegos y yo, que nunca puedo negarme a un mejillón que fala galego, me los traje a casa pensando cómo cocinarlos esta vez.

Normalmente los comemos al vapor con limón -este bivalvo no necesita mucho aderezo para estar delicioso- pero me apetecía guisarlos un poquito… será que ha bajado algo la temperatura, será el (odioso) cambio de hora de hoy, será que estoy en ‘modo otoño’ desde hace semanas (aunque aún vayamos casi que en manga corta), pero me apetece caldo, cuchareo y guisito caliente, me lo pide el cuerpo.

Aprovechando que tenía un bote de passata abierto de hacer asadillo (receta próximamente), hoy los vamos a comer en salsa de tomate, para mojetear pan.
Los míos ya están listos y no os digo cómo huelen,
tomad nota que os da tiempo a prepararlos, ¡la receta es rápida cual rayo! Sigue leyendo…

Recetas con olla lenta: Lentejas

Tengo que confesar un secreto, ¡de pequeña odiaba las lentejas!
Siempre ha sido una legumbre que no me gustaba nada, recuerdo llegar del colegio y encontrarme el plato en la mesa… sólo el olor del guiso me revolvía las entrañas, ¡qué manía les tenía!
Mi madre repitiéndonos la cantinela «lentejas, si quieres las comes y si no las dejas» o «lentejas para las viejas» y nosotros rezongando, pidiendo otra comida para ese día, pero nunca teníamos escapatoria, había que comerlas sí o sí, enmascaradas con litros de vinagre, llenas de trozos de queso o con pedacitos de pan flotando en el plato para intentar que pasaran sin ni siquiera saborearlas, sólo deseando que se acabase aquel mejunje interminable.
Mi madre las hacía viudas (sólo con verduras) o con acompañamiento cárnico normalmente suavecito: pollo, jamón o algún trozo de panceta fresca. En casa nunca hemos sido de guisos pesados cargados de chorizo, tocino a discreción o morcilla, la textura grasa en los caldos no nos entraba demasiado bien.

Lentejas3

Y hace unos días mi chico me dijo que quería comer lentejas, así que cedí, las tomamos poco y casi siempre en ensalada, pero él las quería guisadas y con su compango, era el momento de ponerse manos a la obra…

Éstas están cocinadas en olla lenta, todo un invento, la compré en la tienda Casa porque sacaron una oferta muy maja y me costó bien poco, la suelo usar para cocer pulpo, hacer cocido, caldo de huesos, carnes y algún otro guiso de legumbres, y he de decir que las lentejas han quedado también deliciosas (sí, ahora me las como sin rechistar, como muchos otros alimentos que antes no me gustaban y ahora son básicos en mi cocina. Es lo que tiene hacerse mayor y aprender a apreciar los sabores ^_^).

Se nota la cocción lenta, a fuego bajo, no hay nada como darle tiempo a los guisos. Y es que en la sociedad de las prisas volver a la lentitud es un regalo, aprovechémoslo hasta cocinando.

Os dejo la receta por aquí, por si también tenéis una ollita de éstas por la cocina y queréis seguir sacándole rendimiento, aunque en la cacerola (o incluso en olla exprés) también quedarán deliciosas, como todo lo que se cocina en casa con ingredientes ricos y con amor =) Sigue leyendo…

Guiso de garbanzos con langostinos

Con el frío y la lluvia de estos días, he llegado a casa del trabajo helada y con muchísimas ganas de comer platos calientes de cuchara, con su caldo rico, sus legumbres… de entre todas, mi favoritos son los garbanzos y pensé en hacerlos con calamares o sepia -otra receta que me encanta-, pero tenía langostinos en casa, así que no encontré excusa posible para no prepararlos.

Como siempre os digo, sacad ratos para cocinar.
Solemos llegar súper cansados del trabajo y las mil y una faenas que nos vamos marcando, muchas veces sólo apetece abrir la nevera y comerse medio bote de aceitunas, unas lonchas de jamón, un par de rebanadas de pan y un yogur por no perder tiempo y no ensuciar de más, pero eso podemos hacerlo un día de prisa extrema, el resto hemos de comer como lo hacíamos de pequeños: comida real, cocinada en casa, con alimentos reales e intentando saborearla y disfrutarla con calma.
Yo suelo dedicar el domingo o varias tardes a la semana para preparar las comidas de la semana, os aseguro que con un poquito de organización es suficiente ;)

Y volviendo a la receta: con casi todos estos guisos y potajes lo suyo es hacer cantidad de más y que nos sobre de un día para otro, ¡que está más rico aún! Seguir leyendo…